434. LA SEXUALIDAD FEMENINA: GUERRILLERAS

434. LA SEXUALIDAD FEMENINA: GUERRILLERAS

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VUELVE LA SEXUALIDAD FEMENINA
5ª TEMPORADA

434 GUERRILLERAS

DURA PREGUNTA, UN POEMA DE MARUJA VIEIRA

¿Quién te ha vencido, Haydee Santamaría?
No temiste a las balas del Moncada
y la Sierra Maestra.

Eras una bandera.
¿qué viento amargo destruyó tus mapas?
eras antorcha y luz
¿quién te ha extinguido?
¿qué angustia fue más grande
que tu valor, Haydée Santamaría?

Una estrella naufraga en tus colores
blanco, rojo y azul
¿quién te ha vencido?

La pregunta
nos azota la cara,
nos persigue en el sueño,
nos abruma.

*Haydée Santamaría o por su apodo “Yeyé”, fue una guerrillera y política cubana, heroína de la República de Cuba. El 26 de julio de 1953, participó en el asalto al Cuartel Moncada, acción por la cual fue encarcelada junto a Melba Hernández. Tras su liberación, fundó el Movimiento 26 de Julio, del que integró su dirección nacional. Apoyó al destacamento guerrillero que dirigía Fidel Castro en la Sierra Maestra, y este le encomendó que obtuviera fondos y armas y aglutinara a los revolucionarios en el exterior. Regresó a Cuba al triunfar la Revolución y fundó el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba y, posteriormente, el Partido Comunista de Cuba. Trabajó en el Ministerio de Educación. Luego, fundó y dirigió la Casa de las Américas de 1959 hasta su muerte, en 1980. Desde allí, influyó decisivamente en la política cultural del país.

LIBERTAD, UN POEMA DE ELVIRA DAUDET

Desde niña intuí que eras muy cara
al ver los descarnados rostros de tus amantes
-a esas alturas, la mayoría había muerto
con tu nombre de azúcar en los labios
y un extraño fulgor en la mirada-.
Loca de mí, seguí su mal ejemplo
y me enganché al batallón de parias
que por hallarte pierden cuanto aman.

Nadie me dijo nunca al perseguirte
que debería dejar en el camino
tajadas, aún sangrantes, de mi propio corazón;
desprenderme del sueño del amor,
romperme las costuras del cuerpo,
desfondarme, y vaciarme entera.
No imaginé que ahora, al cabo despojada,
te hallaría en el postrer recodo.

Finalmente soy libre, sin amos, sin horarios,
libre de decir lo que quiera, llueva
o no el azufre, pues nada pueden hacerme ya.
Mas me sabes a poco, perdona que te diga;
ni por asomo eres la libertad soñada.
Libertad a deshora no me sirves
cuando todo hace aguas, el mundo retrocede
y los jerarcas celebran tus exequias;
yo confirmo que tengo la pólvora quemada
en batallas perdidas,
y el corazón latiendo a toda prisa
como vierte el reloj la última arena,
avanzando hacia nada.

Libertad, tus alas llegan tarde, con sarcasmo,
a una guerrillera quebrada por la artritis,
a la amante con ceniza en la sangre
que fuera ardiente lava,
a una madre que es nicho de sus hijos.
Y es más, sin esperanza
de que pueda llegar el hombre nuevo
a este lodazal sin adjetivos.
Libertad que me duele como una puñalada
al ver que mis hermanos vuelven a ser esclavos.

Y ahora te pregunto, ¿de qué puedes servirme
sin cuerpo ni energía para cambiar el mundo?,
sin amor, ¿de qué sirves?
Yo necesitaría un corazón para estrenar
contigo Libertad, para vivirte
y sorberte hasta el tuétano la esencia,
y tú sólo me sirves de notario
para firmar mis últimas palabras.

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