EL MATRIMONIO
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EL MATRIMONIO
Dice Miguel Oscar Menassa:
Ha progresado el objeto técnico,pero el hombre ama y odia como hace cuatro mil años.
Si nos proponemos hablar de matrimonio será para ocuparnos de aquellas personas que están ocupadas en el planteamiento de casarse, de vivir en pareja, o para aquellas otras que, estando casadas, quieren entender cómo esa condición de vida les condiciona.
1. Antes de matrimonio habría que hablar de pareja.
El amor es el sentimiento que permite la reproducción de la especie, sin amor no hay reproducción de la especie y la especie es más grande que el ser humano. El amor es de proveniencia animal, es decir, de la especie. El hombre es un animal, amoldado, reprimido, pero es un animal. Y ¿para qué se unen? Para reproducir la especie. Y ¿para qué conforman una familia que tanto trabajo cuesta? ¿Para qué? Para educar a la especie, para preservar a la especie, para cuidar al retoño y tirarlo de nuevo a la civilización ¿para qué? Para que forme a su vez una familia y tenga hijos.
Primero fue la reproducción de la especie, después vinieron las denominaciones: el amor cortés, el amor platónico, el matrimonio, el concubinato, la pareja de hecho… Todo sobre la reproducción, todas justificaciones de la reproducción que es un mandato, vuelvo a decir, de la especie, y ustedes se darán cuenta que la especie es más grande que el sujeto psíquico.
Para amar no es necesario casarse, pero no estamos solos, vivimos entre otros y nacemos acunados por ideas que se nos transmiten y que operan en nosotros sin ser conscientes de ello. Para la Iglesia Católica, amar fuera del matrimonio, tener relaciones fuera del matrimonio, educar hijos fuera del matrimonio es pecado. La Iglesia cuida la familia, la familia cuida la especie. Son dos entidades eternas la Familia y la Iglesia. Una como productora de especie y la otra como cuidadora de la moral que reproduce la especie.
Pero todo en la vida no gira en torno a los hijos, hay otras producciones también muy importantes, producciones del orden del deseo. Así como la familia es la célula de la sociedad en el sentido de la reproducción, el grupo es la unidad de producción artística y científica. Si no me forjé dentro de un grupo no puedo ser científico ni poeta ni nada de eso.
2. ¿Por qué matrimonio? ¿Cual es o era su función social?
El matrimonio o unión conyugal es una institución social fundamental, que involucra a dos personas. Es la forma de oficializar un vínculo de pareja y someterlo a las normativas legales, sociales, morales e incluso religiosas dictaminadas por la sociedad.
El matrimonio es regulado por la ley (sobre todo para prohibir las uniones que culturalmente se consideran inadecuadas, como las incestuosas), pero tiene una existencia milenaria.
Su origen tiene más que ver con la regulación de la unión entre reyes y nobles, que implicaban cambios dinásticos, uniones estratégicas o cambios en la sucesión del poder político, según fuera el caso. Los llamados plebeyos no celebraban ningún matrimonio, pues no era necesario para tener relaciones sexuales o para concebir hijos. En todo caso, podían hacerlo según ceremonias muy simples.
El acto del matrimonio, como rito de pasaje y concepto de unión legal, es más antiguo de lo que cree. Fue documentado por primera vez en la Mesopotamia del año 4.000 a.C., en una tablilla en la que se especificaba los derechos y deberes de la esposa y el castigo en caso de una infidelidad. No obstante, fueron los antiguos egipcios los primeros en concebir la idea de matrimonio legal.
Los antiguos egipcios, a diferencia de otras civilizaciones antiguas, permitían que la pareja se conociera antes de casarse. Al momento de hacerlo, debían firmar un acuerdo en el cual se establecieran todos los derechos y obligaciones de los esposos. Incluso, también admitían la posibilidad del divorcio.
Para los griegos, el matrimonio tenía la única finalidad, la de concebir hijos que dieran continuidad al linaje y las tradiciones familiares. La celebración de las bodas griegas se caracterizaba principalmente por su aspecto religioso, a pesar de que no eran oficiadas por sacerdotes.
En el Imperio Romano, el matrimonio también era una institución de gran importancia. En un principio, las bodas se garantizaban con la convivencia, pero todo cambió cuando el emperador Augusto, legisló una serie de normas que establecían multas a los hombres que cancelaran su boda. Lo que llamamos derecho romano y que regula la legitimidad de los hijos y el derecho de la esposa a heredar los bienes que dejara su marido al fallecer.
Vemos entonces que no es el amor el origen del matrimonio, de esta institución, porque tenemos que llamarla así. El origen está relacionado con poder, dinero, descendencia.
Dependiendo de la cultura y la religión, el matrimonio puede ser monogámico (una sola mujer y un solo hombre) o poligámico (varias mujeres para un solo hombre), como en la tradición oriental. Pero tal y como lo entendemos hoy en Occidente, el matrimonio nació en la Antigua Roma.
Tras la caída del Imperio Romano y el auge de la Iglesia católica en la Edad Media, se impone un nuevo concepto de matrimonio. Por primera vez en occidente, el matrimonio se convierte en un sacramento cristiano.
En 1875, se instaura lo que es el matrimonio civil y a su vez, la separación entre religión y estado. Este acontecimiento cambió por completo la manera en la que se celebran las bodas.
Más recientemente aún, surgió la necesidad del matrimonio igualitario o unión civil igualitaria, dependiendo de la legislación de cada país, que permite a las parejas homosexuales formalizar su amor y acceder a los mismos derechos que las heterosexuales.
3. ¿Por qué casarse?
Primero no es una obligación, es una elección, una decisión. Para estar con alguien al que amas no es necesario casarse, para tener hijos no es necesario casarse.
La significación misma del matrimonio es para cada uno una pregunta que queda abierta, cada uno tiene que darse su respuesta, no somos quienes para obrar como directores de conciencia. Nuestra labor como psicoanalistas no es decirle al paciente lo que tiene que hacer. Nos atenemos a un discurso diferente, articulado respecto a sus síntomas y su estructura psíquica. El psicoanálisis pone la mira sobre el efecto del discurso del sujeto, qué representa para cada uno esa producción social, qué creo si me caso, qué destruyo si me caso, para quién lo hago.
En todas las relaciones afectivas de cierta duración (padre-hijos, hermanos, novios, matrimonios, etc.), hay sentimientos de hostilidad que son reprimidos. Este tipo de situaciones están sostenidas por la ambivalencia. Después de celebrarse un matrimonio que une a dos familias comienza una especie de guerra silenciosa, cada una de las mismas se cree mejor que la otra.
Si el matrimonio lo podemos pensar como un vínculo social establecido para la procreación y la familia es el medio a través del cual se supone que se protege a la descendencia, no tenemos en cuenta que hay matrimonios o familias donde hay malos tratos, dejadez, desamor, intereses económicos, odio… Tenemos que pensar los factores psíquicos que mantienen a esas personas unidas. Si el hombre no reconoce que la mujer es una mujer esa mujer no puede tener hijos. Pero si la mujer no reconoce que el hijo lo tuvo con un hombre, el niño no tiene padre, así que fíjense qué fácil es la neurosis.
Estoy con un hombre, lo desprecio, no sólo me va a terminar matando, sino que mis hijos no tienen padre. Estoy con una mujer a la cual no considero una mujer, tendrá hijos pero serán como animalitos, no hijos. Es importante llevarse bien con la gente con la cual me decido a producir algo, no solamente hijos.
Hay, incluso, quien dice que amor y matrimonio no tienen nada que ver. En Matrimonio y Amor dice Emma Goldman: El matrimonio y el amor no tienen nada en común, están en polos opuestos. Sin duda, algunos matrimonios son el resultado del amor. Sin embargo, no porque el amor pueda afirmarse en el matrimonio, sino más bien porque las convenciones le pueden quedar chicas a algunas pocas personas.
Muchos se casan por el qué dirán, por rellenar esa casilla y luego, ¿qué? ¿Qué implica estar casado/a para cada uno? ¿Somos libres siendo solteros, somos libres siendo casados – cazados?
No olvidemos que para los hombres hay una doble moral que no existe para las mujeres.
Sólo con mirar las estadísticas de divorcio podemos darnos cuenta que el matrimonio no es ninguna panacea.
En el Concilio de Trento, en 1563 la Iglesia Católica dice que la mujer tiene alma, es decir, es un ser humano, antes no se sabía qué era, un trozo de costilla de Adán, y también entonces dicta la doctrina sobre el sacramento del matrimonio. El vínculo del Matrimonio es perpetuo e indisoluble, cuando dijo: Ya es este hueso de mis huesos, y carne de mis carnes: por esta causa, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán dos en un solo cuerpo. Pero claro, en el cuerpo del hombre que será el amo de su esposa. Dentro de esta institución la mujer no es mujer, es esposa, esclava y madre. Tal vez no es el matrimonio lo que necesitan dos personas, diferentes, para amarse y desarrollarse.
4. ¿Es mejor casarse o no?
Como hemos dicho antes, nuestra labor no es decirle a la gente qué es lo que tiene o no tiene que hacer, eso lo tiene que decidir cada uno, pero nosotros le indicamos cómo sus acciones, sus decisiones están en relación con los deseos sexuales infantiles y reprimidos, es decir, cómo ciertas acciones u omisiones están en relación no con su vida actual, no con sus proyectos, y sí con deseos incestuosos reprimidos, es decir, que hacen obstáculo a su propio desarrollo, a su propia búsqueda de satisfacción.
El psicoanálisis lo primero que tiene que hacer antes de psicoanalizarte es enseñarte a hablar. Ese es un trabajo burocrático del psicoanálisis porque la gente no está acostumbrada a eso. Entonces, hay que enseñarle a hablar primero al paciente y después psicoanalizarle.
Las parejas que se psicoanalizan dejan de tener problemas de pareja, está mal estar sometido a la pareja, dolerse por la pareja, engañarse por la pareja… Pero tener pareja es una cosa muy bonita.
Hemos de saber que no es lo mismo lo que representa para un hombre estar casado que lo que representa para una mujer. El amor no es libre, porque el amor libre está perseguido, condenado, juzgado si vamos presumiendo de él.
Hemos cuidado cosas que no sirven para nada y hemos descuidado cosas que son fundamentales para la vida del hombre, esa es la educación que nos han dado. Tenemos que revolucionar nuestros sentidos, tenemos que pensar de manera diferente. La moral es terrible, besas a una mujer apasionadamente y te aplauden, ya besas a dos mujeres apasionadamente y te gritan, como si la pasión tuviera medida.
Hubo un momento en que las relaciones de pareja se liberalizaron, a mi entender, producto del prerrenacimiento, renacimiento donde era fácil hablar, follar, se mostraba el cuerpo sin pudor, todo el mundo pintaba desnudos, bueno pero eso se acabó, ahora si haces eso te miran con mala cara.
Toda mujer enamorada mira al hombre y dice ¡qué pene! Cómo compruebo que la mujer está enamorada del hombre, porque habla de su sexo con admiración, sea chiquito, grande, desviado, derecho…
Las típicas discusiones de pareja son para no darse cuenta que se aman, que están juntos, que viven bien y que a veces gozan. Nadie quiere reconocer que está bien con el otro.
No puedo dirigir mi vida por el goce. Aquí está la importancia del amor, que aunque goce todos los días con cualquier cosa, hasta con el amor, no quiere decir que tengo que guiar mi vida por el goce pero sí por el amor. La vida la dirige el trabajo, el proyecto social, los pensamientos.
La ética psicoanalítica es actuar según el deseo. Sin moral, porque la moral es siempre religiosa y castrante.
5. El matrimonio fracasa cuando se le ha idealizado como una fuente de felicidad?
La idealización de las relaciones de pareja es harto frecuente, la realidad, luego, es otra cosa. A la pareja no hay que contarle todo, no es un confesionario la relación de pareja, la pareja no soporta ningún engaño. Repito: NINGÚN ENGAÑO. Al psicoanalista le puedes contar todo, pero a tu pareja no, porque tendrá sus consecuencias. Saber qué hay que hablar con la pareja, aprender a conversar, y no confesarse a la pareja, como un niño con su madre, es fundamental para llevarse bien y evitar el alto coste de que ese otro no te lo haga pagar caro.
Primero, hay que aprender a amarse y, entonces, amar al prójimo con ese buen amor que se tiene. Porque amar al prójimo con ese amor malo que se tiene como una porquería… “¿Por qué me maltratas?” “Porque te amo” dicen algunos. Porque te amo como me amo a mí, que en realidad me desprecio, por lo tanto te desprecio.
Desde la infancia, se le dice a la muchacha promedio que su última meta es el matrimonio, por eso, su entrenamiento y educación se dirige a tal fin. Como una bestia muda, engordada para el matadero, se la prepara para eso. Sin embargo, se le permite conocer menos de sus funciones como esposa y madre que lo que el artesano necesita para realizar su oficio.
Hay quienes ponen en el amor todas las esperanzas de felicidad y se olvidan de sí mismos, de su realización personal, de conseguir sus medios de subsistencia, acaban siendo esclavos del amor o desgraciados por el amor. Hay quieres viven del amor como funcionarios, dependen económicamente de su pareja, son esclavos/as. Vivido así el amor es una prisión con barrotes, fuera el mundo parece un precipicio, ¿de qué vivir?
Patriarcado es que yo gano tres mil euros y me lo gasto en prostitutas en Ámsterdam. Gano tres mil euros y pago la pensión, el piso, el coche, el psicoanálisis de mi mujer, eso lo maneja la mujer, eso es un matriarcado.
Un buen patriarcado actual sería el hombre que hace que toda la familia trabaje, ese sería un buen patriarcado actualmente. Porque eso sería: soy el jefe de la familia pero doy libertad. ¿Cómo? Con el trabajo.
Hay una felicidad ¿Cómo? Se consigue a través del trabajo no a través de la familia. El patriarca actual enseña a la familia, que dentro de la familia no está la felicidad, sino que la familia la felicidad la encuentra en el trabajo. Lo poco de felicidad que se puede conseguir en el sistema capitalista, pero hay una felicidad que se puede, si me la consigo, si la trabajo.
Morir van a morir igual sean infelices o sean felices, gocen o no gocen, Menassa nos aconseja gozar y ser felices porque morir vamos a morir igual.
El divorcio, la separación es para muchos una opción cuando la unión de la pareja o el matrimonio no es satisfactoria, cuando hay vejaciones, mal trato, cuando ese espacio íntimo se convierte en una fuente de insatisfacciones. A veces, separarse es una buena opción, muchas veces se puede uno separar aún amando al otro, pero más hay que amarse a sí mismo.