El vínculo y dependencia emocional con la figura materna.

El vínculo y dependencia emocional con la figura materna.

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La célula narcisista.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

El tema que hoy vamos a trabajar comprende la primera y más impactante relación del niño, su relación con la madre. En esta clase comprenderás los fundamentos de esa huella inconsciente que queda en todo ser humano y su importancia para el posterior desarrollo social y afectivo del hombre.

LA RELACIÓN CON LA MADRE

Como hemos visto en la clase anterior, el niño llega al mundo en el seno de una estructura familiar que es del orden de nuestra herencia animal. El recién nacido si no contara con alguien que cumpla la función madre1 y le atienda ante sus necesidades fisiológicas, biológicas y emocionales, no podría sobrevivir. El impacto que en su desarrollo psíquico tendrá esa primera relación deja huellas que permanecerán a lo largo de toda nuestra vida en forma de vínculo afectivo2. Esa situación de extrema dependencia infantil de la función madre tiene que ver con el origen de los sentimientos y emociones humanas.

¿Y por qué es tan importante esta relación? Porque nos salva la vida y por eso le atribuimos la capacidad de satisfacer todas nuestras necesidades. Puede lo que yo no puedo.

Lo primero que sabemos del niño es su impotencia para sobrevivir, no es una impotencia psicológica, sino orgánica, no puede caminar, no están mielinizados sus nervios, por tanto no responden a las necesidades de su sistema nervioso, el nervio óptico no funciona hasta el día 21, la respiración no se regula hasta el sexto mes de vida, no puede alcanzar los alimentos. Hay una total dependencia a cualquier otro humano que esté dispuesto a ayudarle para que sobreviva. Ahí se genera una dependencia, el niño atribuye a la persona que generalmente desempeña esa función, que suele ser la madre, un gran poder un gran prestigio.

 Date cuenta: Esta unión del niño con la madre es parasitaria.

Ahí entra otro concepto importante para conocer las características de esta relación, se va a generar lo que llamamos célula narcisista3. Designa la unión perfecta del niño con la madre, unión necesaria para que el niño sobreviva y se haga humano. En esta relación es donde atribuye el niño a la madre tanto poder que es casi como si él no existiera, como si él fuera sólo una parte de la madre. El niño todavía no desea, no ama, no tiene palabras. Los únicos estímulos que recibe son los estímulos de sus necesidades orgánicas – hambre, sed, calor, frío,- que se presentan como una demanda constante que se traduce en la necesidad de cuidados y atención continuas del recién nacido.

El niño necesita de otros para sobrevivir y para acceder a la sociedad, el primer paso es la relación con la madre o persona que desempeñe esa función y con la cuál constituye esa particular relación de unión simbiótica que permite nuestra maduración y el paso de la necesidad al deseo.
Reflexiona: Es una atribución del niño por su impotencia.
Esta atribución que el niño le hace a la madre parte de la impotencia del niño y no de la potencia de la madre, que sigue siendo una persona normal que hace lo que normalmente corresponde al nacimiento de un niño. Un ejemplo ilustrativo es el de una persona que se está muriendo y otro lo salva, el que se estaba muriendo le atribuye un poder a esa persona que lo salva. Esta es la situación del niño.

PRIMERA EXPERIENCIA DE SATISFACCIÓN

La necesidad fisiológica no es aún deseo humano. Será en el camino de la necesidad donde surge la primera experiencia de satisfacción que va a generar como un cliché4 o tendencia a volver a repetir esa experiencia placentera que calma la inquietud o excitación que produce
Tomamos como ejemplo ilustrativo de primera experiencia de satisfacción el efecto en el niño de su primer encuentro con la leche materna, ese chorro de leche caliente que calma su hambre o necesidad. Nunca más va a vivir un encuentro como ese. Después va a buscar toda la vida el reencuentro con ese placer experimentado que le calmó por primera vez.

OJO: Una experiencia nunca queda registrada la primera vez. 

El niño necesita repetir varias veces la experiencia de satisfacción para que se constituya en él como marca, como deseo de repetición. El niño ha aprendido a desear, ya no será lo biológico lo que le impulse, sino su tendencia a repetir la experiencia del placer lo que le mueve.
Eso que me permite vivir, y que nada logra porque nunca será como la primera vez, es el deseo. Cada vez que tenga alguna necesidad sólo tiene que llamar la atención de la madre para que venga a cubrirla. El deseo es la fuerza que va a surgir cada vez que el niño vuelve a tener hambre buscando la experiencia del placer, pero la experiencia del placer ya no existe más, la experiencia del placer fue y se perdió.

LOS ESTADOS ANÍMICOS

Los estados anímicos de la madre tienen repercusión en la salud psíquica y orgánica de su hijo. El niño y la madre no son dos seres, en un principio son uno solo. En este tiempo el niño no tiene emociones propias, aquello que siente y experimenta es el reflejo de las emociones que la madre siente y le transmite. El niño para la madre es una prolongación de su propio cuerpo y simultáneamente ella es el espejo donde él se refleja. Si la madre enferma, el niño enferma, si la madre se entristece el niño deja de comer, si la madre tiene exceso de ansiedad, el niño no deja de llorar, etc…
La célula narcisistica es vital para el desarrollo del niño. La muerte súbita del lactante se ha estudiado como una falla en la célula narcisística imperfecta de la madre y el hijo.

Los estados emocionales de la madre se reflejan en el niño.

GLOSARIO:

  1. Función madre: Será cualquier objeto, persona o cosa que cumpla con los requisitos funcionales del recién nacido.
  2. Vínculo afectivo: Se entiende como vínculo la relación madre-niño que se desarrolla en los primeros años de vida. Muchos autores postulan que esta primera relación con la madre será luego el molde o la base bajo la que se formarán las futuras relaciones del niño. 
  3. Célula narcisista: Denominamos así a la unión tan perfecta entre el niño y la madre cuya duración puede ir de unos meses a toda la vida (existen personas que jamás pueden separarse de la figura de la madre incluso después de muerta).
  4. Cliché: Se aplica también para casi toda situación, tema, caracterización, tipo de discurso u objeto que se ha convertido excesivamente familiar o del uso común.
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