Abordaje psicológico del asma
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que se caracteriza por episodios de obstrucción bronquial reversibles, de forma espontánea o con ayuda del tratamiento. En esta obstrucción participan el fenómeno inflamatorio, la contracción de la musculatura lisa de los bronquios, regulada por el sistema nervioso autónomo, y el aumento de secreción de moco.
Cursa con una capacidad de respuesta exagerada de la vía aérea frente a una gran variedad de estímulos, endógenos o exógenos, fenómeno que se denomina hiperreactividad bronquial.
Considerando la etiología podemos clasificar el asma en dos grandes grupos:
– Asma extrínseco o alérgico, que corresponde al 80% de los casos, en el que existe un agente causal externo, el alergeno (un antígeno, una sustancia extraña al cuerpo), que está en el ambiente (pólenes, ácaros…) y que inhalados desencadenan una reacción alérgica que da lugar a los fenómenos patológicos que mencionamos (la inflamación, la contracción muscular y la secreción de moco).
– Y un segundo grupo, el asma intrínseco o criptogénico, el 20% restante, donde el factor etiológico es desconocido.
En los pacientes con asma extrínseco o alérgico frecuentemente existen antecedentes de atopia (fuera de lugar), que es un término que designa la tendencia a sufrir enfermedades alérgicas, tales como asma, eccema, fiebre del heno, urticaria y alergia a los alimentos.
En este grupo, además, suele existir una historia familiar de asma. Se calcula que si uno de los padres es asmático la posibilidad del hijo de tener asma es de un 30% y si los dos padres son asmáticos llega hasta el 50%, como si hubiera un factor hereditario o genético. Aunque estudios en gemelos idénticos (monocigóticos, que proceden de una misma célula y por tanto tienen el mismo código genético) y en gemelos no idénticos (dicigóticos) han mostrado que los factores ambientales son cruciales para el desarrollo de la enfermedad.
Es una enfermedad que se puede presentar a cualquier edad, aunque fundamentalmente se da en niños y adultos jóvenes, el 50% de los casos se manifiesta antes de los 10 años, fundamentalmente la forma extrínseca, donde existe además un predominio de varones (2:1), mientras que el asma intrínseco afecta sobretodo a mujeres adultas. Hasta en un 20% de los casos se produce una curación espontánea, sobre todo en la forma infantil al llegar a la adolescencia. Su curso, muy variable, va desde formas leves, que producen pocos síntomas, a formas graves de difícil control, y puede incluso provocar la muerte, en algunos estudios se ha calculado que en España podrían producirse de 1.500 a 2.000 muertes al año por asma.
La clínica va a depender de la obstrucción reversible de los bronquios. En general se manifiesta por episodios agudos, que pueden durar minutos u horas, de disnea (dificultad respiratoria) sibilante (los famosos pitos, es decir una respiración que se hace sonora) y accesos de tos seca. Y aunque estos síntomas puede aparecer a cualquier hora del día, son más frecuentes por la noche. En otras ocasiones, la obstrucción es más prolongada y la clínica se mantiene más en el tiempo, con mayor o menor intensidad.
Diversos factores pueden agravar o desencadenar una crisis de asma: el ejercicio físico, infecciones respiratorias, exposición a irritantes inespecíficos (humo de tabaco, polución), factores hormonales y factores emocionales.
En el tema de hoy la angustia en el asmático voy a intentar mostrar dónde o cómo se puede leer la angustia en el asmático.
La angustia es un afecto, el afecto por excelencia, ahí el sujeto está involucrado. Un estado semejante a la expectación de peligro, de un peligro desconocido, es decir la angustia no tiene objeto o lo que es lo mismo cualquier situación le sirve para manifestarse.
¿ES EL ASMA UNA AFECCIÓN PSICOSOMÁTICA?
La ciencia avanza por preguntas, preguntas que no son formuladas para cerrarlas con respuestas, sino que son aperturas a la investigación. No pretendo, por tanto, concluir, sino abrir caminos para el conocimiento y posible tratamiento de una afección, el asma, que afecta a un 10-15% de la población mundial.
Fue Homero, en el s. VIII a.C., el primero en usar la palabra. En el canto XIV de la Iliada, tienen un enfrentamiento los héroes Héctor y Áyax. Ayax, con una piedra de grandes dimensiones, le acierta a Héctor en el pecho y como consecuencia de tan tremendo golpe es atacado por un penoso ahogo (asma). Etimológicamente, la palabra asma significa jadeo, lo que no deja de tener relevancia, como ya veremos.
El asma es considerada por la Escuela de Chicago, como una de las siete grandes enfermedades psicosomáticas. Actualmente se la considera una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas que se caracteriza por episodios de obstrucción bronquial reversibles, de forma espontánea o con ayuda del tratamiento médico. En esta obstrucción participan la inflamación, la contracción de la musculatura lisa de los bronquios, regulada por el sistema nervioso autónomo y la ingente secreción de moco.
Cursa con una capacidad de respuesta exagerada de la vía aérea frente a una gran variedad de estímulos, fenómeno que se denomina hiperreactividad bronquial.
Desde el punto de vista médico, hay una clasificación del asma que la divide en extrínseca e intrínseca, el asma extrínseca tiene un mecanismo alérgico, coexiste en muchas ocasiones con otras alteraciones típicamente alérgicas, como la atopia o el eccema (afectación cutánea), la rinitis o la conjuntivitis alérgica, y en ocasiones se acompaña de alergia a algunos fármacos como la aspirina. Este tipo de asma es el 80% del total, suele debutar en la infancia, y en el 50% de los casos remite al llegar a la adolescencia o edad adulta, como muchas de las neurosis infantiles. Responde mejor al tratamiento que la intrínseca, y se llama extrínseca porque la medicina la supone desencadenada por un alergeno exterior: la más frecuente es el asma polínica, desencadenada por el polen.
Lo que sucede en el alérgico es que hay una respuesta exagerada a algo que no es nocivo: frente a un grano de polen, despliega el sujeto gran parte de su ejército inmune, como si de un enemigo poderoso se tratase. La respuesta inflamatoria que se observa en los bronquios de los pacientes con asma, no es otra cosa. Podríamos decir que los asmáticos no son hiperreactivos sólo a nivel bronquial, sino también a nivel inmunitario, y es muy posible que lo sean también en sus relaciones sociales. La relación de objeto en el alérgico está marcada por esta característica, mostrándose en ocasiones intolerantes, desconfiados, y como si todo lo ajeno, lo exterior, el otro, fuese un enemigo que amenazase la propia integridad.
En el otro tipo de asma, llamada asma intrínseca, no se encuentra un alergeno que provoque las crisis, suele debutar en el adulto, es más persistente que la extrínseca, más frecuente en mujeres, y responde peor al tratamiento médico.
Si bien las alteraciones del asma resultan reversibles después de cada crisis, la inflamación mantenida, termina produciendo en ocasiones lo que se llama un remodelado bronquial, una estrechez permanente de los bronquios, es decir: lesión orgánica, esto es más frecuente en el asma intrínseca.
En cuanto al asma extrínseca, desde el psicoanálisis podemos pensar al sujeto afectado por algo exterior a él, pero que no es el alergeno, sino la palabra que lo nombra, es el lenguaje lo que afecta al sujeto. El comportamiento de algunos asmáticos extrínsecos es un comportamiento evitativo, como el de los fóbicos. Evitan el contacto con el alergeno, si son alérgicos al polen, en casos extremos, no salen de casa en primavera, llevan filtros en el coche, si salen a la calle lo hacen con mascarilla, que podíamos pensar como acompañante fóbico, etc.
Decíamos que el asma también puede estar sostenida por una posición histérica. A propósito del asma histérica, es muy ilustrativo el caso de una paciente que comenzó a presentar sensación de “falta de aire” desde que había intentado volver con su novio, del que ella decidió separarse unos meses antes, y éste la había rechazado, situación que la paciente calificaba de desaire.
Por supuesto la neurosis de angustia puede ser también la estructura de base de un asma nerviosa.
Descuidar lo psíquico en el asma, es renunciar a su posible curación definitiva por medio de la intercesión del psicoanálisis.
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