Tratamiento de fobias infantiles
Una de las tareas más complejas a las que se enfrentan los padres es la educación de los hijos. Se trata de algo nuevo, distinto a todo lo conocido, una labor para la que no han recibido formación y que nada tiene que ver con haber sido hijos. Este último punto es muy importante, ya que son muchos los padres que de manera “natural” trazan, para la educación de sus hijos, un camino conocido por ellos, es decir, les imponen las mismas acciones que ellos mismos han llevado a cabo en su educación o, por el contrario, evitan para sus hijos las situaciones que ellos mismos sienten haber vivido de manera dramática o impositiva.
El exceso de cariño con los hijos puede implicar la sobreprotección de los mismos y con ello provocar o favorecer dificultades en el desarrollo normal de los niños. Los miedos infantiles, tan habituales y forjadores de ciertos límites necesarios para la supervivencia, a veces paralizan al niño o la niña y generan una problemática familiar que les hace acudir a un profesional.
El niño no quiere ir al colegio, no quiere encontrarse con ciertas personas, muestra retraimiento o terrores nocturnos que le hacen acudir a la cama de los padres durante la noche. Manifestaciones que muestran que el niño solo no puede gestionar lo que le está aconteciendo en su desarrollo psicosexual.
Sabemos que en estos primeros años de la vida se establecen los pilares fundamentales de la vida, aprendemos a amar con nuestros padres, ellos nos ponen las primeras reglas de convivencia, y ellos serán una referencia para nosotros a lo largo de toda nuestra vida. Pero estas primeras relaciones también tienen que transformarse a lo largo del desarrollo, dejar de ocupar el centro de nuestra vida para permitir que otras personas, otros intereses, también arriben a la vida del niño y le permitan acceder al mundo en el cual tendrá que vivir y desarrollarse.
La hiperestimación que se escenifica en la relación filial, donde se atribuyen al niño todas las perfecciones (atribución, en muchos casos, muy alejada de la realidad) hace a los padres ciegos ante los defectos que el niño tiene. Defectos que no son ni malos ni buenos, son cualidades del desarrollo humano que ha de transformarse en un hombre o en una mujer, semejante pero diferente a todos los otros hombres y mujeres.
Habitualmente estos trastornos infantiles que traen de cabeza a los padres, son la manifestación de la rebeldía del niño a gestionar el torrente de afectos que le inunda, dos mundos pugnan en él. Por un lado lo que dictan sus deseos más instintivos y por otro lo que se le muestra como conveniente desde las palabras de los padres a la de los profesores. Quiere, pero no puede.
Los procesos inconscientes acontecen en nosotros sin que sean advertidos, sólo llegan a nuestra conciencia a través de sus efectos. Por tratarse de la parte más instintiva de nuestro funcionamiento tienen que modelarse y encauzarse a través de la educación para que ese “niño caprichoso” que somos todos, se convierta en un hombre o una mujer capaces de acoplarse a la sociedad y poner su granito de arena al basto camino de la humanidad.
Generalmente esta rebeldía infantil desaparece tras la pubertad y aquella personalidad infantil se transforma en un joven o una joven deseosa y responsable. Cuando esto no sucede y aparecen o persisten comportamientos antisociales, caprichosos, temerosos. Cuando vive una situación normal con angustia, hay que consultar a un profesional. Acudir a la ayuda de un psicoanalista a tiempo facilita la readaptación mucho más rápido y evita que se instalen en la personalidad estos temores o comportamientos no deseados que a la larga limitan muchísimo la vida de la persona. Repito, no son controlados, no son voluntarios, generan gran padecimiento y no desaparecen con la voluntad, se requiere un trabajo profesional sobre los estratos inconscientes de la estructura psíquica.
El general desconocimiento de la evolución infantil hace que muchos padres o educadores desconozcan la utilizad del psicoanálisis para comprender y actuar frente a este sufrimiento infantil. La escucha profesional les ayudará a entender lo que al niño le pasa y también les enseñará a actuar de otro modo frente a la demanda que el niño o la niña le están mostrando. Los padres son los primeros y más importantes educadores. Sus palabras y acciones tienen un gran poder en la vida de sus hijos, una terapia basada en el apoyo a los padres consigue grandes triunfos en la educación y en el desarrollo normal y satisfactorio de los niños.
Nuestra consulta de psicólogo-psicoanalista en Madrid está especializada en el abordaje y tratamiento de trastornos infantiles y terapia familiar. También ofrecemos asesoramiento y tratamiento online en castellano, inglés y francés.
Si crees que tu hijo o hija está padeciendo algún tipo de trastorno en su desarrollo (miedos, enuresis (hacerse pipí en la cama), dificultad para incorporarse a la rutina escolar, dificultad con los estudios, desgana, apatía), consúltanos. Tenemos gran experiencia y podemos ofreceros una ayuda eficaz a toda la familia.
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