Echarle huevos

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Echarle huevos
Es muy probable que puedas tener problemas matrimoniales o de pareja, llamémosle aburrimiento, falta de comunicación, falta de atracción y deseo sexual, celos, desavenencias en la educación de los hijos…
Es muy probable que te aguantes, claudiques, te busques tus escapes, las mentiras…
Es probable que le quieras, que estés ahí, que pasen los años por los hijos, la casa, la comodidad de la vida…
Pero, por qué no ser más fiero, enfrentar la alternativa del silencio con el sonido vivo de las palabras, liberarse del pasado, dejar de planear lo que será que nunca será…
Se empieza cediendo en las palabras, se va perdiendo pelo, ganas, vas apartando la mirada, son tentaciones, mejor dormirse con las fotografías bien cerca de aquél amor uno creía y se acabó pareciendo a la vida de tus padres.
El humano a veces acaba viviendo como un perro, encorvándose en los secretos más sutiles, apartando del plato la mejor comida. Cuando no quieres hablar de la verdad, finges, y frustrado como ya te frustraron tus padres, vas envejeciendo, vas enfermando de alguna banalidad, la espina que tú mismo clavaste como Cristo sufriente.
Otros no giran la cabeza, no quieren callar su verdad, quieren saberla, están dispuestos a cambiar de rumbo, de pareja, ser otros, cambiar a una ideología más benévola con las diferencias. Trabajan para el amor, se entregan a la vida sin querer digerirla, la saborean con sus tragos amargos, comparte alegrías y se agarran fuerte para no dejarse llevar por las penas.
Elige tú, que eres tan libre. ¿Quieres amar o morir?
