ALTA SENSIBILIDAD

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ALTA SENSIBILIDAD

Lo que me dijo me afectó muchísimo…

Tuve un ataque de urticaria cuando fui a ver a esa persona…

¡No veas cómo se puso con lo que le dije…!

Las personas hipersensibles reaccionan de una manera desproporcionadamente intensa, exagerada. Como si las palabras le hirieran, como si los demás le hicieran mal.

Hoy hablamos de las personas extremadamente sensibles en Por amar y por salud.

Personas muy susceptibles a lo que otros dicen o hacen, les cuesta tomar decisiones y les cuesta gestionar sus emociones. Ante ciertas situaciones estallan de forma exagerada, piensan incluso que algunas de las cosas que les suceden a los demás van dirigidas hacia ellas y tienen un grado extremo de impulsividad emocional que les trae problemas. Podríamos hablar de una reacción “paranoica” atribuyendo al otro el interés de hacerles daño, en lugar de reconocer que hay algo que no quieren ver en sí mismos.

‘Vivo con la sensación de que los que me rodean me agreden casi siempre’/ ‘Me es difícil encontrar a alguien que realmente me comprenda…

La interpretación que hacen suele estar distorsionada, exagerada… porque es cierto que todas las personas abrigan sentimientos hostiles hacia los demás, no es ningún misterio, no es posible eliminar ese poso agresivo que proviene del primitivo desarrollo de nuestro ser donde los otros eran competidores. Pero de ahí a hacer su día a día un campo de batalla hay un abismo.

Las personas hipersensibles se lo ponen / nos lo ponen difícil, porque se quedan en ese aspecto negativo de las relaciones humanas y no pueden extraer el otro polo, el polo colaborativo, la confianza que es necesaria para convivir con los demás y realizar proyectos conjuntos, el amor que también está presente en las relaciones y que, muchas veces, es el que se reprime.

¡¡Todos podemos equivocarnos, meter la pata, decir algo inconveniente, claro!!  Podemos reconocer el error, pedir disculpas, redimensionar lo dicho, pero el ofendido parece que no nos puede perdonar nuestra “humanidad” como si él fuera un santo y nosotros un demonio.

La persona hipersensible no se atiene a la dimensión de la disculpa y seguir adelante. Borrón y cuenta nueva. En muchos casos se produce la disputa, una gran descarga emocional, interrupción de la relación o, si se da en el marco de una relación terapéutica, suelen llegar a interrumpir el tratamiento, literalmente “no se le puede decir nada”.

Freud ya nos ha enseñado que el deseo de curar del psicoanalista es un obstáculo para el desarrollo del proceso terapéutico, que nuestra labor tiene que desarrollarse en la dimensión de un diálogo donde el paciente, poco a poco, pueda ir hablando de esas cosas que no se permitía expresar y, al mismo tiempo, poder ir escuchando aquello que le generaban rechazo y represión. Paciencia para el psicoanalista y para el paciente, el proceso y la transformación irán abriendo esas puertas, pero algún día tendrán que ser abiertas.

El autoconocimiento ayudará al paciente a ponerle nombre a lo que está sufriendo y no es un nombre de persona, no es otro el que te hace mal, somos nosotros mismos y nuestras reacciones las que nos interrumpen, las que interfieren en nuestra relación con los otros. La excitación o la angustia en el encuentro con los demás, los deseos sexuales que se despiertan en nosotros o deseos hostiles y cómo somos capaces de asimilarlos tienen mucho que ver con este fenómeno de la hipersensibilidad.

Para pensar, para vivir, hay que tolerar cierta cuota de displacer. Hay muchas personas que no pueden, porque evitan cualquier situación o conversación que ponga en cuestión su forma de pensar, se  parapetan en sí mismas, es decir, en su neurosis, su mirada sesgada del mundo.

A veces tolerar el dolor que nos causa una verdad evita que nos dolamos continuamente por reprimir esa verdad.

También el amor tiene que ver con tolerar la diferencia de un encuentro siempre fallido. La realidad siempre va a ser diferente a como pensaba, pero eso no quiere decir que la otra persona no te ame, que no haga todo lo que tú quieras cuando tú quieras no es ausencia de amor. Lo que muestras es intolerancia a lo diferente a ti, a lo exterior a ti, lo que manifiestas es un exagerado narcisismo.

Tolerar no es soportar cualquier reacción, sino dispersar la pregunta en una respuesta posible. Ni huir ni arremeter contra nada, aprender a conversar tranquilamente eso nos enseña el amor, a eso nos enseña el psicoanálisis.

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