Entender las adicciones

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Entender las adicciones
¿Qué son las adicciones?
Freud califica la masturbación como la primera adicción, la adicción puede ser a cualquier sustancia o persona y, por supuesto, no es la sustancia o persona la responsable de que el sujeto se haga adicto. Con esa dependencia el adicto está compensando un desajuste emocional, está buscando inconscientemente una satisfacción que le compense por algo que le resulta intolerable. Lo que ocurre es que en lugar de escapar de algo insatisfactorio, genera un problema donde no lo había, ahora tiene que depender de esa sustancia o persona como antes dependió de la madre, pero ya no es un niño y ahora paga con la vida.
¿Por qué se genera una persona adicta?
Es una manera de permanecer y, a la vez, de escapar de la dependencia a la madre. Es una resolución insatisfactoria, dañina, de algo que tiene que llevarse a cabo sustituyendo un amor, por otro amor, un goce, por otro goce. Si el goce te hace mal, te daña, deja huella. El goce bueno no deja huella en uno.
Otra de las causas de las adicciones es social. La adicción a drogas cumple un papel designado por los tiempos, de control de la inquietud social, eliminando un número regulable de la población del mercado de demanda laboral.
Las drogas vienen a apartar a las personas del desarrollo de un pensamiento, es decir, la posibilidad de transformarse, elegir un camino propio en la vida. Desde los diversos estamentos sociales las drogas están más accesibles que la educación o la cultura. La diversión está asociada a liberación y la droga cumple esa función de escape de la realidad con graves consecuencias.
También puedes ver la entrevista en vídeo en el programa PALABRAS PARA VIVIR
Se habla de sustancias adictivas pero se olvida de la persona…¿cualquier persona puede ser adicta? ¿que diferencia hay entre una persona adicta y otra que no?
La drogadicción es un síntoma que muestra la manera que tiene ese sujeto de relacionarse con el mundo. Las drogas, objetos y personas son utilizados como vía de escape de las exigencias de la vida desde mucho tiempo atrás.
No todo el que ha tenido oportunidad de tomar alcohol, cocaína, tabaco… contrae por ello una «adicción» a esas sustancias. Un estudio más preciso demuestra por lo general que esos narcóticos están destinados a sustituir -de manera directa o indirecta- el goce sexual faltante, y cuando no pueda restablecer una vida sexual normal, cabrá esperar con la recaída en el uso de dicha sustancia.
Hay drogadictos que viven por y para el consumo de su “sustancia”, como hay hombres y mujeres que, como niños, no pueden desligarse afectivamente de la relación primitiva con la figura materna y demandan y demandan y nunca pueden puntuar esa constante búsqueda de satisfacción, no pueden realizar un trabajo, una transformación para producir otro tipo de vínculos y satisfacciones, siempre parciales.
La mayoría de los tratamientos son conductuales, farmacológicos, enfocados a poner límites…
La mayoría de los tratamientos de las adicciones fracasan porque no abordan los procesos inconscientes del paciente, no basta con la interrupción del consumo de la sustancia, la estructura adictiva del paciente, que busca, busca y busca algo que tape su demanda, generará una nueva caída en la adicción a esa u otra sustancia o persona.
La adicción es un complejo mecanismo psíquico que utiliza cualquier cosa o persona.
¿Qué aporta el psicoanálisis? ¿es necesario tratar a la familia también?
Abordar el tema de la drogadicción desde el marco de la teoría psicoanalítica se diferencia de los abordajes y enfoques médicos, sociales y conductuales para la prevención y tratamiento de esta patología. La práctica del Psicoanálisis ha sido la gran ausente en los tratamientos de las drogodependencias. El tratamiento de este tipo de patología requiere la articulación de prácticas, lo socio-económico-político, lo médico-psicoanalítico, lo preventivo, lo cultural.
El psicoanálisis nos enseña que no es que estemos enfermos por algún trauma físico o psíquico, sino que estamos enfermos porque tenemos una manera de concebir lo humano, el saber, la enfermedad, etc.
Yo diría que no es que tengamos que ir a tratar a la familia, aunque recomendamos el psicoanálisis para todos, familiares, médicos, psicólogos, adictos. Lo que el adicto tiene que modificar es su relación con la familia, su relación con su manera de relacionarse con el deseo. Cambiando esa posición psíquica, cambia todo, sin necesidad de tener que cambiar de apellido.
En muchas ocasiones deberíamos preguntarnos ¿quién es el adicto?: el alcohólico, con su adicción al alcohol o la familia del alcohólico con su adicción al alcohólico.
Hay que posicionar al sujeto en el lugar donde no tema ya plantearse su vida y su futuro, donde pueda aceptar las interrupciones como parte necesaria del vivir, renunciando a siempre repetir una misma manera de gozar. Al fin y al cabo, la condición del goce debe ser la novedad.

Soy Helena Trujillo, psicóloga y psicoanalista con 25 años de experiencia profesional. Si crees que necesitas ayuda para superar una situación difícil en tu vida, si te has sentido identificado/a leyendo el artículo, contacta conmigo y trabajaremos para plantear un espacio terapéutico efectivo para ti.