CÓMO SUPERAR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

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CÓMO SUPERAR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO
CÓMO SUPERAR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO
Que la muerte está presente en nuestras vidas es algo evidente y necesario, unos mueren y otros nacen, es el ciclo de la vida. Sin embargo, cómo nos afecte la muerte de un familiar o una persona querida no está regido por esa evidencia, sino con complejos procesos psíquicos en cada uno.
Todas las personas no reaccionan de la misma manera ante la muerte de un ser querido…
Por esperada que pueda ser la pérdida de alguien querido, siempre es dolorosa y la reacción de cada persona puede ser muy diferente. Hay quienes necesitan llorar, quienes verbalizan recuerdos de la persona fallecida, quienes hacen chistes, quienes aparentemente “no sienten nada”, hay quienes sienten que su vida ha perdido sentido tras la pérdida.
Los poetas nos lo van recordando con sus versos, que somos mortales, pero nosotros tendemos a negar la muerte.
“Halla la carne sobre los huesos que pronto estarán desnudos” Dylan Thomas
¿Qué sería un proceso normal y qué un proceso patológico que precisa ayuda?
El proceso normal se llama duelo, acontece tras una pérdida de un ser amado o un ideal, que lleva un tiempo desligarse de esa persona que ya no está, quiere decir, despegar toda esa energía psíquica, que llamamos libido, de esa relación, esa persona era parte de nuestros amores, nuestra vida, nuestro psiquismo, y aunque vaya a seguir siéndolo, lo será de otra forma, pues ya no está.
Las personas necesitan amar para no enfermar, tienen que seguir viviendo, tienen que sustituir los ideales o amores perdidos por otros, eso lleva un tiempo, máximo dos años. En ese tiempo la realidad pierde interés pues falta en ella el ser amado, pero poco a poco esa sensación va desapareciendo, se van recobrando las energías, el interés por las actividades cotidianas y por otras personas. El duelo no precisa tratamiento, es un proceso normal que lleva un tiempo y luego la persona recobra su vida normal, es decir, sustituye el objeto o ideal perdido por otro.
En un proceso patológico esto no es así, pasa el tiempo y la persona no se recupera de esa pérdida, sigue desconectada de la vida, ha perdido la capacidad de experimentar placer por lo que antes le agradaba. Es lo que llamamos depresión o melancolía, es un proceso que requiere tratamiento psíquico pues causa graves trastornos en las personas.
¿Que la muerte de nuestro ser querido sea esperada o inesperada influye en cómo se reacciona a la pérdida?
Frente a la pérdida sentimos un desgarro, algo nuestro se desprende de nosotros, no por esperada una muerte no deja de representar que algo nuestro ya no está, el dolor puede ser o no consciente, pero inconscientemente se inicia un trabajo psíquico para elaborar esa pérdida, que, además, remite a nuestra propia mortalidad. Cuando alguien muere no sufrimos tanto por el que se va, si no porque nos muestra que nosotros, algún día, también nos iremos de este mundo. Y es que el ser humano es eminentemente egoísta, pero no puede vivir solo.
A veces la actualidad nos muestra ejemplos de esto que hablamos demasiado duros, familias que pierden a varios de sus miembros, tragedias humanas que uno pensaría imposibles de superar. ¿Cómo se puede superar eso?
Todo puede superarse, no hay sucesos traumáticos, ninguna realidad influye sobre nadie, es lo que cada uno haga con ella. El gran descubrimiento freudiano es que la realidad que influye en las personas es la realidad psíquica, es decir, los deseos infantiles que han sido reprimidos, que son relativos a la sexualidad infantil, y cómo estos deseos reprimidos influyen en cada uno de nosotros a la hora de relacionarnos con la realidad objetiva, con las personas con las que nos relacionamos.
Esto no quita que esas situaciones sean muy dolorosas, que haya que acompañar a esas personas en esos momentos, dejarles expresarse, llorar, pasar ese tiempo de rechazo y luego aceptación. No querer influirles, acompañarles. Las personas sanas, en un estado de salud psíquica, están preparadas para asimilar cualquier situación, hasta la más horrorosa. El no poder asimilarlo o enfermarse tras un suceso así, está indicando que esa persona ya tenía una predisposición a enfermarse y que ese evento ha venido a sumar la gota necesaria para desencadenar el proceso patológico, pero la disposición estaba ya.
En los casos en los que pasado el tiempo la persona sigue sintiendo el mismo dolor que el primer día, que no vuelve a sentir interés por las cosas que antes sí le resultaban interesantes o placenteras, recomiendo consultar a un psicoanalista, puede ser un proceso depresivo y requiere tratamiento psicoanalítico siempre.
