LA TRAICIÓN

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LA TRAICIÓN

Hola, en una nueva ocasión estamos en este espacio dedicado al psicoanálisis. Hoy les propongo que hablemos de la traición, los traidores, los mentirosos o estafadores, que nos dicen una cosa y hacen otra, que te prometen una cosa y no cumplen lo pactado.

Dicen que el que tiene boca se equivoca y que del dicho al hecho hay un trecho, uno puede decir una cosa y desdedirse, pero si se trata de llevar adelante proyectos conjuntos hay que dejarse sostener por los acuerdos.

“Parecía buena persona”, “nunca me lo podría haber imaginado de él”, “presumía de buen amigo”, “mucho cariñito y luego me pegó la puñalada”. Cuántas veces hemos oído esto o cuántas lo hemos padecido en carne propia, desengaños propios de la vida y que están retratados en el propio arte popular con tangos como Desencuentro:

La araña que salvaste te picó
-¡qué vas a hacer!-
y el hombre que ayudaste te hizo mal
-¡dale nomás!-

..

Quisiste con ternura, y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón.
Se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón

Amargo desencuentro, porque ves
que es al revés…
Creiste en la honradez
y en la moral…
¡qué estupidez!

¡Qué desengaño! ¡Qué dolor! ¿Podemos borrar la traición,  la mentira de la faz de la tierra? lógicamente no, con la naturaleza humana viene implícito el afán de apropiarse de lo ajeno, de engañar y, por las condiciones de nuestro aparato psíquico, cada uno de nosotros mismos comos víctimas de ser engañados por nosotros mismos, somos sujetos divididos, es decir, lo que nos muestra nuestra conciencia es una imagen falsa de nuestros verdaderos deseos inconscientes, nosotros sólo podremos saber después de nuestros actos, nuestras palabras y luego podemos o no hacernos cargo de ellos.

Podemos hablar y hablar, y hablar y que nada resulte significante, pero va a suceder una repetición, y por haberse repetido, eso se hará significante para el sujeto sujeto. Hablamos de forma más verdadera a través de los olvidos, los sueños, los actos fallidos, la repetición, que de las palabras que conscientemente pronunciamos y tanto defendemos. El psicoanálisis nos ha mostrado que esas producciones del inconsciente, después de ser sometidas al proceso de interpretación psicoanalítico nos muestran el verdadero deseo del sujeto, el deseo reprimido del que el sujeto nada quiere saber, pero que condiciona y determina su forma de relacionarse con los demás y consigo mismo.

Una relación psicoanalítica está fundada sobre el amor a la verdad, pero la verdad en psicoanálisis es transformación, es reconocer la realidad psíquica, es alteridad donde el sujeto habla y se desdice, se equivoca, se le olvida, siente esto y lo otro, pero que luego tiene que asociar libremente sobre eso para que el psicoanalista le pueda interpretar su verdad, ese instante donde se produce el deseo inconsciente que lo modifica todo, si uno se quiere modificar.

“Y la verdad, querida, no anida ni se descubre por ningún sitio, a menos que en el centro del sitio, haya un sujeto. Un sujeto totalmente atado a la próxima palabra.”

Pero ayer me dijiste… ¡ah! hoy digo otra cosa y eso también es legítimo. Luego están los delitos, las cosas que se hacen y que transgreden la ley, que la ley persigue. Todos estamos obligados a respetar la ley y a atenernos a las consecuencias de su transgresión. Sí, hasta usted, hermosa dama, lindo caballero… Si no cumple la ley eso tiene consecuencias, aunque no venga el policía a su casa a detenerle, en su mente, en su aparato psíquico existe una especie de policía interior que nos vigila y nos juzga, no sólo por nuestras acciones u omisiones, también por nuestras intenciones. Así que el que se daña es uno mismo cuando no se hace responsable de su deseo. Y sobre el deseo humano Sigmund Freud ha sido el gran especialista, el que nos ha indicado que el deseo, eso que decimos querer, desear, no es el verdadero deseo de las personas. El verdadero deseo es el deseo inconsciente, el que comanda nuestro funcionamiento psíquico, aquél del que padecemos sus efectos, pero no lo podemos controlar, conducir a nuestro antojo.

EL GENIO DE LA MULTITUD, Charles Bukowski

Hay suficiente traición, odio, violencia y necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son al final aquellos que predican paz.
Aquellos que hablan de Dios necesitan a Dios.
Aquellos que predican paz no tienen paz.
Aquellos que predican amor no tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con aquellos que están siempre leyendo libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada solos.
Cuidado con el hombre corriente, con la mujer corriente,
cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir cualquier cosa que difiera de lo suyo.
Al no ser capaces de crear arte
no entenderán el arte.
Considerarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta.
Su mejor
ARTE.

Cuidado entonces, el ser humano nos expone al dolor y al amor, ¿se tratará de protegerse de todas esas zancadillas que nos pone el otro, desconfiar de todos, confiar en todos? Se trata de vivir y sobreponerse a lo que nos acontezca, tanto hemos de aprender a seguir adelante después de un éxito y no cegarnos por él, porque también ha habido muertes por el amor y sus cegueras, como aprender a seguir adelante cuando un cliente no nos paga lo acordado, un amigo no nos devuelve el dinero que le hemos prestado o un familiar se queda con una herencia que te corresponde, cosas estas tan corrientes que resulta ridículo pretender que dejen de exisitir. Van a seguir pasando. No pudiste evitarlo, sigue adelante. Puedes gritar y evitarlo, evítalo, pero igual va a haber personas que intenten llevarse un trozo más grande o llevarse el tuyo directamente, personas que se llevan el éxito aunque tú te lo hayas merecido, hombres y mujeres infieles que te prometieron amor y marcharon en brazos de otro/a.

No te empecines, no te abandones, sigue adelante, el que se hace daño es el que obra sin la ética del deseo, el que se pudre por no poder trabajar para una vida propia y está siempre reprochando a otros su infelicidad. No seas uno de ellos, no te traiciones a ti mismo. La aflicción mayor es la del porvenir traicionado, dijo Gastón Bachelard, no traiciones tu porvenir.

ANIMAL, Alfonsina Storni

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que me asalte a traición en pleno día
Y que sofoque esta soberbia mía
Este orgullo de ser todo pudiente.

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que en carne viva inicie mi sangría
A ver si acaba esta melancolía
Que me corrompe el alma lentamente.

Quiero un amor que sea tormenta,
Que todo rompe y lo renueva todo
Porque vigor profundo lo alimenta.

Que pueda reanimarse allí mi lodo
Mi pobre lodo de animal cansado
Por viejas sendas de rodar hastiado.

La mayor traición es la que uno mismo se impone. En soledad no hay ningún destino esperándonos. Para hacerse un destino es necesario dejarse acompañar, amar a otros, dar algo de sí mismo al mundo. En nuestras palabras, sin embargo, se esconde también nuestra propia trampa. Decimos querer nuestro propio bien, pero luego abandonamos los caminos que nos conducen hacia él. También en nosotros hay caminos que nos llevan al dolor, a acompañarnos por personas que sólo saben hacernos mal. ¿La culpa de nuestro dolor es de ellos o es de nuestra elección? Tu propio psicoanálisis te llevará a las respuestas para ti.

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