MIEDOS IRRACIONALES
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MIEDOS IRRACIONALES
Fobias y miedos
Miedo a estar enfermo, miedo a la soledad, miedo a las alturas, miedo a los hombres, miedo a las mueres… El miedo tiene múltiples apellidos, múltiples formas. Lo que está claro es que cumple su misión, sin miedo seríamos capaces de cualquier cosa, aunque esa cosa acabara dañándonos.
En nuestra niñez el miedo se utiliza por parte de los adultos para poner límites, “no hagas eso que te haces pupa”, “pórtate bien o vendrá el Coco”, “cuando venga tu padre ya vas a ver”… Miedo a perder el amor, miedo a perder la protección de las personas amadas o a lo desconocido. Así, entre frases, entre historias, vamos construyendo nuestros límites, vamos haciendo nuestros primeros mapas del tesoro y sus peligros. Unos más que otros, crecemos con miedos necesarios que nos marcan límites, pero también miedos irracionales, sobredimensionados, miedo a los que normalmente no se tiene miedo o no en un grado inhabilitante.
Son miedos intensos y persistentes que no se corresponden con un peligro real. No se explican por experiencias previas, no están justificados ni son realistas. La persona que padece estos miedos irracionales suele ser consciente de que su miedo no tiene una base lógica, pero no puede evitar la respuesta de ansiedad. Pueden y llegan a ser altamente incapacintantes para las personas que los padecen y por eso se hace necesario su tratamiento con psicoterapia, por nuestra experiencia, el psicoanálisis es la terapia más efectiva para tratar este tipo de miedos pues tienen su origen en procesos inconscientes.
Síntomas comunes:
- Ansiedad o ataques de pánico
- Palpitaciones o corazón acelerado
- Dificultad para respirar
- Sudoración excesiva y temblores
- Náuseas, mareos o malestar estomacal
- Sensación de perder el control o de que algo terrible va a suceder
Todos conocemos a personas que tienen miedo a subir en ascensor, o a los medios de transporte (coche, tren, avión, barco…), miedo a salir a la calle, miedo a estar solo, etc.
· Miedo (realista): respuesta ante un peligro percibido y proporcional.
· Angustia: sensación difusa, sin objeto preciso; señal de un conflicto interno o de la activación de lo reprimido.
· Fobia: fijación de la angustia en un objeto o situación (el objeto fóbico) que actúa como sustituto del conflicto inconsciente. La fobia protege contra una angustia que de otro modo sería intolerable.

Nos ayudamos de la poesía para no encerrarnos en los crueles espejismos de la psicopatología:
HAY VOCES LIBRES, EMILIO PRADOS
Hay voces libres,
y voces con cadenas
y hay piedra y leño y despejada llama que consume;
hombres que sangran contra un sueño
y témpanos que se derrumban sobre las calles sin gemido.
Hay límites en lo que no se mueve entre las manos
y en lo que corre corre y huye como una herida;
en la arena intangible cuando el sol adormece
y en esa inconfundible precisión de los astros.
Hay límites en la conversación tranquila que no pretende
y en el vientre estancado que se levanta o gira como una
peonza.
Hay límites en ese líquido que se derrama intermitentemente
mientras los ojos de los niños preguntan y preguntan a una
voz que no llaman;
hay límites
en la amistad
y en esas flores enamoradas que no se escuchan.
Hay límites
y hay cuerpos.
Hay voces libres
y voces con cadenas.
Hay barcos que cruzan lentos sobre los lentos mares
y hay barcos que se hunden medio podridos en el cieno
profundo.
Hay manteles tendidos a la luz de la luna
y cuerpos que tiritan sin sombra bajo la oscuridad de la
miseria.
Hay sangre:
sangre que duerme y no descansa
y sangre que baila y grita al compás de la Muerte;
sangre que se escapa de las manos cantando
y sangre que se pudre estancada en sus cuévanos.
Hay sangre que inútilmente empaña los cristales
y sangre que pregunta y camina y camina;
sangre que enloquecida se dispara
y sangre que se ordena gota a gota para nunca entregarse.
Hay sangre en lo que no se dice
y sangre que no se calla y no se calla.
Hay sangre que rezuma medio seca bajo las telas sucias
y sangre floja bajo las venas que se para y no sale.
Hay voces libres
y voces con cadenas
y hay palabras que se funden al chocar contra el aire
y corazones que golpean en la pared como una llama.
Hay límites
y hay cuerpos
y hay sangre que vive separada bajo las duras cruces de unos
hierros
y hay sangre que pasea dulcemente bajo la sombra de los
árboles.
Hay hombres que descansan sin dolor contra el sueño
y témpanos que se derrumban sobre las piedras sin un
gemido.
El miedo, la ansiedad y la angustia se producen por los mismos mecanismos. Es como si el mecanismo del miedo necesita de un objeto real fuera del sujeto, fuera del hombre, fuera de la persona que tiene miedo, real o fantástico, pero necesita de un objeto real, o realmente existente o hecho real por la fantasía o por la alucinación, esa situación es la que provoca miedo.
La angustia y la ansiedad normalmente no tienen objeto, no se sabe de qué se tiene ansiedad o angustia. La diferencia entre ansiedad y angustia es que la angustia se da en el cuerpo y la ansiedad es algo meramente psíquico.
En la fobia la angustia no proviene de un recuerdo cualquiera, sino que tiene un origen sexual. El verdadero temor no es el objeto fóbico per se, sino “el advenimiento” del ataque de angustia. Freud define la fobia como un miedo a no tener miedo. El objeto fóbico es un significante que protege al sujeto del acercamiento al deseo. El miedo a un objeto, persona o situación determinados es una muralla que protege al fóbico de los miedos. El objeto fóbico viene a evitar la angustia.

No es a qué le tengo miedo (el objeto fóbico), sino que con ese miedo lo que evito es la angustia que se produce ante lo que no puedo huir que es a mi propio deseo. La angustia es de origen sexual. La fobia representa el miedo al nacimiento de la angustia. La angustia es el único afecto que no engaña, diferenciándola de los sentimientos, es decir de los otros afectos que revisten el carácter de sentires que mienten. La angustia nos señala que ahí está el deseo.
Señala Lacan que el objeto fóbico es un significante para todo uso, para subsanar la falta del Otro, un significante/objeto que sostiene la metáfora paterna en tanto restaura al padre a la vez que lo invoca. Esta aparición de la angustia es la causa de la producción del síntoma que viene a constituir un intento de suplencia, de reparación de la falla del Nombre-del-Padre.
No hay síntoma que signifique lo mismo en distintos pacientes al igual que un mismo síntoma en lo manifiesto puede estar sustentado por diferentes posiciones psíquicas.
El tratamiento psicoanalítico apunta a que el sujeto hable aquello que le da miedo (aunque no lo sepa) y así se transforme la repetición inconsciente que produce el síntoma. Lo más importante del tratamiento de los miedos es la transferencia, es decir, que el paciente va a hablar en transferencia y va a ser interpretado en una relación transferencial, por lo que las palabras dichas adquieren una nueva dimensión, habla el inconsciente y se le habla al inconsciente, no a la conciencia.
Actualmente somos conocedores de la existencia de múltiples enfoques para abordar este tipo de miedos irracionales: terapias de exposición, terapias conductistas o cognitivas, hipnosis, psicofármacos, etc. Como psicoanalista estoy habituada a recibir en consulta a pacientes que han pasado anteriormente por otro tipo de terapias y consultas psicológicas, sin embargo, a pesar de haber sido un trabajo positivo, siempre es mejor hablar con un profesional que con un familiar, siempre es mejor salir de casa que encerrarse en casa, estos enfoques no abordan el punto fundamental de este tipo de problemática psíquica que son los PROCESOS INCONSCIENTES. A día de hoy no podemos obviar que ya se han investigado y descrito los mecanismos psíquicos implicados en los procesos psicopatológicos, síntomas e inhibiciones. Negar el inconsciente, sus mecanismos y efectos, es dar un paso atrás en el conocimiento científico. Tenemos nuevas herramientas diagnósticas y terapéuticas que ayudan a este tipo de pacientes a eliminar definitivamente estos síntomas, basta con trabajar con ellos, desde la transferencia y el abordaje de los deseos reprimidos que se expresan en lapsus, síntomas y sueños, la gestión de una energía que el paciente sigue gestionando de una forma infantil, inmadura, ineficaz.
Hay que reconocer que el paciente necesita trabajar, afrontar, reconocer y avanzar sobre algo que antes rechazaba, ignoraba o le incomodaba. La verdad, un nuevo nivel de verdad, permite que el ser humano avance, que produzca un nuevo nivel de salud. Afronte sus miedos como deseos más allá del circuito de los deseos incestuosos infantiles, es decir, deseos primarios irrealizables.
NO TE DETENGAS, WALT WHITMAN
No te detengas.
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…
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